sábado, 2 de abril de 2011

El primer hombre que se enfrento a Hitler:

En los años 30 Alemania comenzó su recuperación y crecimiento a través de una aterradora expansión territorial. De la mano de Adolf Hitler, quien anhelaba anexionar todo el Viejo Continente a su poder, el III Reich infundó el terror y el pánico a todos los pueblos vecinos, conquista tras conquista. Nadie osaba resistirse...Sin embargo, hubo un futbolista que sí lo hizo. Se llamaba Mathias Sindelar, y lo pagó con su vida.
El hombre de papel, como era conocido por todos fue criado en el barrio de Favoriten (Viena) en el seno de una familia judía. Ya de pequeño se dio cuenta de que el fútbol era lo suyo pero la fama de Sindelar llegó con la selección austriaca. Su calidad sólo era comparable a la del italiano Giuseppe Meazza y la del húngaro György Sarosi; los tres eran considerados los mejores jugadores del mundo de la época. Pero además el austriaco fue uno de los primeros deportistas en recibir compensaciones económicas por publicitar relojes, ropa o comida. Fue el Cristiano Ronaldo de la época.Pero si Austria era una de las mejores selecciones del momento, Alemania no era menos. Tercera clasificada en el Mundial de 1934, para el Mundial de Francia del 38 tenían el plan perfecto. A la fuerza y tesón de la selección alemana se le iba a unir la experiencia y fantasia de los jugadores austriacos obligados a fusionarse.
Pero la clave estaba en Sindelar, la pieza básica para convertir a Alemania en la mejor seleccion del mundo.
Pero al hombre de papel la idea de jugar para el III Reich, aquel que había asesinado a tantos conocidos suyos, judíos como él no le hacia mucha gracia así que nunca aceptó las "invitaciones" que recibía.
Para celebrar la union de estos dos equpos se organizo un partido que estaba amañado desde el principi, el jugador austriaco se dedico a humillar a la defensa alemana pero cuando llegaba a porteria tiraba el balon fuera porque estaban obligados a hacerlo, sin embargo en el minuto 70, Sindelar marco un gol, descargando toda su rabia en la porteria rival y no contento con eso se puso delante del palco aleman y lo celebro con un baile que fue una ofensa para las autoridades presentes. Diez meses después, Sindelar estaba muerto.

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